Temor
¿Cómo tanta inquietud?,
¿cómo tanta ignorancia?,
¿Cómo suplir las carencias?
¿Cómo suplir los vacíos?
¿Cómo recibir bien?
¿Cómo mirar a los ojos?
¿Cómo volver a sentir?
¿Cómo nombrar a Jesús?
Con paciencia, poco a poco,
con sonrisa, con ternura,
con cariño, con amabilidad,
con paz y con amor.
Aceptando nuestras limitaciones
y creciendo para superarlas,
¿Cómo? Poco a poco.
Hoy a la oración y a sonreír,
mañana más con la ayuda de Dios.
Esta poesía surge de la inquietud, del temor, de querer dar una acogida como la que habíamos recibido, como la que veíamos allí en el corazón de Santiago, en el Convento de los Franciscanos. Pero de repente éramos conscientes de nuestra ignorancia, de nuestras limitaciones, pero esto es algo que hay que afrontar todos los días de nuestra vida en muchos ámbitos. Nosotros lo afrontamos intentando avanzar poco a poco, pasito a pasito, con paciencia, sin desasosiego y con la calma que da la sonrisa de un corazón abierto que da lo mejor que tiene aunque no sea perfecto.
Siguiente poema: 3.- La oración
|