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Toledo conmemora la Inmaculada Concepción
con La mujer vestida de sol

Una gran señal apareció
en el cielo…

La mujer vestida de sol es el nombre de la exposición con la que el Arzobispado de Toledo se ha sumado recientemente a la larga serie de iniciativas destinadas a conmemorar el 150 aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María


Inmaculada tota pulchra.

Anónimo siglo XVII.
Convento de la Purísima, madres benedictinas de Toledo


La muestra, que fue inaugurada el pasado día 29 de octubre por el arzobispo de Toledo, monseñor Antonio Cañizares, se podrá visitar hasta el 8 de enero en la sala de exposiciones del Arzobispado. Cuenta con 43 obras, seleccionadas más por su contenido teológico, que por su interés artístico, pues la exposición persigue, sobre todo, una finalidad didáctica y catequética, en dos vertientes: por un lado, explicar el dogma de la Inmaculada Concepción, y, por otro, considerar la evolución iconográfica de sus representaciones. Por ello, en la primera parte de la exposición se recogen textos bíblicos que apoyan la doctrina inmaculista, así como obras sobre dos imágenes veterotestamentarias relacionadas con el dogma, Eva y la reina Esther. La segunda parte de la exposición está dedicada a la evolución de la iconografía, desde los árboles de Jesé –el tronco de Jesé, padre de David–, o la representación de los padres de la Virgen, hasta la imagen más extendida en el presente, la que corresponde con la visión de san Juan en la isla de Patmos, relatada en el Apocalipsis. Durante la inauguración de la exposición, monseñor Cañizares afirmó, entre otras cosas, lo siguiente:
«Quiero decir, en primer lugar, que, al visitar esta exposición, nos detengamos y miremos con admiración y asombro religioso, no tanto las maravillas de las obras que se exponen, sino la Mujer que representan, llena de gracia, vestida de luz y de hermosura: María Purísima. Miremos a María, a través de estas obras, con mirada contemplativa, es decir, con mirada profunda que deja que Ella se muestre en su singular hermosura, porque nunca la tocó el pecado primero. Contemplad aquí a la Virgen Inmaculada, la toda santa, la toda llena de gracia, la que es inundada y empapada por el Espíritu Santo. Esta exposición y la contemplación agradecida de María Inmaculada debería hacernos como saborear algo nuevo, cargado de belleza, que levanta el ánimo y enciende el fuego del espíritu. Debería invitarnos a una meditación rebosante de gozo y de esperanza».
«Que la visita aquí, espero, no sea la de un espectador distraído, o la de un consumidor de exposiciones, que no se detienen a mirarla con la mirada que requiere: la mirada abierta, religiosa, y dispuesta a gozarse por el designio de la salvación de Dios que tiene en María el punto inmaculado de llegada a la tierra del Verbo de Dios, que se hace Hijo del Hombre, con toda su realidad de la Redención que en Él se nos otorga. Aquí se puede contemplar, como una especie de aurora del día, ese esplendor que nace de la humildad del Evangelio, transparente ya en el misterio de la Encarnación en la Virgen Inmaculada, la sin pecado ni mancha original, entre todas bendita, Hija predilecta del Padre, esclava del Señor, adueñada enteramente por Él, mujer configurada enteramente por la fe, ejemplo perfecto de amor a Dios y al prójimo».
«En María, tierra fecunda, ha brotado, ha germinado el Salvador. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor nuestro Dios. Desde esta esperanza y desde la contemplación de Santa María, Inmaculada, haremos bien en otorgar a esta realidad que aquí se contempla una importancia reformadora, consoladora. Contemplamos admirada y agradecidamente a Santa María, sin pecado concebida, que, a la creciente degradación permisiva de las costumbres, opone la serena y resuelta energía de la conciencia de la dignidad personal y comunitaria del hombre, regenerado en el Bautismo y en la pertenencia a la sociedad de los santos, que es la Iglesia, la cual se siente representada y ensalzada en la humilde y grande Señora del Magnificat. Elegidos para ser santos e irreprochables por el amor».

 Alfo y omega. 7 Diciembre 2005


María, abogada de Eva. Grabado alemán siglo XIX. Colección particular

 


Sagrada Familia. Anónimo siglo XVIII. Arzobispado Toledo


Inmaculada. Anónimo siglo XVIII. Iglesia parroquia de Valmojado (Toledo)

Inmaculada. Anónimo siglo XVIII. Iglesia parroquia de Fuensalida (Toledo)