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Fr. José Gómez |
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José Gómez González 1932 - 2008 |
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Provincia Franciscana |
Compostellae S. Iacobi en Hispania (Santiago deCompostela) . |
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Nacimiento |
Lalín (Pontevedra) el 3 de abril de 1932 |
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Profesión temporal | 12 de agosto de 1949 | |
Ordenación sacerdotal | 24 de junio de 1956 | |
Títulos académicos |
1956Bachillerato en teología (Universidad Pontificia Salamanca) 1961 Derecho Canónico y Romano en las universidades romanas Antonianum y Lateranum 1961 Doctorado. Tesis sobre Los elementos esenciales del matrimonio romano. |
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BIOGRAFÍA |
Nace en la villa de Lalín (Pontevedra)el 3 de abril de 1932 en una familia de gran arraigo en la villa y en la Tierra de Deza que conforman Don Arturo Gómez y Doña Sofía González. Una familia fecunda de ocho hijos , de gran religiosidad en la que mitad de los miembros optaron por la vida religiosa. Su primera infancia discurre a la sombra de su padre, abogado y secretario municipal en diversas poblaciones gallegas (Arnoya, Bande, Cea, Bergondo, Silleda y Arzúa). Son los años de las primeras letras y de la iniciación deportiva, los dos afanes que parecen saciar su temperamento ardoroso.
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FORMACIÓN |
En septiembre de 1944 inicia el nuevo rumbo de su vida que le llevará a ser religioso y sacerdote franciscano. Entra en el Seminario Menor Franciscano de Herbón en el que realiza los cuatro primeros cursos de Bachillerato, destacando manifiestamente en una tanda de muchachos de treinta muchachos de excepcional capacidad para el estudio. Joven decidido y bien capacitado puede simultanear a nivel óptimo los estudios de Humanidades, la Música y los Deportes. En agosto de 1948 entra en el Noviciado Franciscano de Santiago , un largo año de iniciación religiosa que lleva a tanteos y discernimientos comprometedores. José Gómez González cambia de talante. Se hace más reflexivo y reposado. Es además una hora de prueba para él y para su familia a causa de la enfermedad de su madre, en un momento en que sus hermanos comienzan a diversificar sus rumbos. El día 12 de agosto de 1949 es la fecha de la profesión temporal con la que se incorpora a la familia franciscana. José Gómez la realiza sin vacilaciones creyéndose un hombre de vocación y de compromiso. Asumido este compromiso de vida, tiene ante sí el desafío de culminar la carrera eclesiástica. La nueva etapa le lleva al convento franciscano de Ponteareas en los años 1949- 1951 para rematar sus estudios de Humanidades e iniciar el currículo filosófico que terminará en Santiago. Retornan los tiempos de pugilatos en los estudios en jornadas intensivas que pretenden convertir al estudiante en un diestro latinista y en un formidable dialéctico Se vive en un oasis de vegetación exuberante, de silencio estudioso y felices extroversiones en las parroquias del Condado de Salvatierra. José Gómez se siente a gusto en esta Tebaida y se empeña en mantenerse en primera fila de estudios y actividades. Sólo le acompaña una sombra de tristeza: la salud de su madre que no da pruebas de vuelta a la sazón y pone un rictus de incertidumbre en la mirada de su padre. En agosto de 1951 José Gómez camina con sus trece compañeros a Santiago, al magno convento de San Francisco en que las circunstancias de la vida estudiantil adquieren siempre gran relieve. Los estudios siguen pautas universitarias. Los estudiantes se entrenan para ser escritores y predicadores. Los jóvenes mejor dotados para los estudios especializados reciben orientaciones que les lleven a adivinar más precisamente su futuro. A algunos se les envía a realizar el cuadrienio teológico a la Universidad Pontificia de Salamanca. Por otra parte son frecuencias las veladas literarias y científicas en las que el seminarista mayor ha de intervenir y lucir su talento. José Gómez surca este tramo de su vida apuntando con decisión a ser número uno en los estudios, a evidenciar su compromiso serio en la vida religiosa que le lleva a emitir la profesión solemne el 18 de agosto de 1953. Mientras tanto su familia se ha consolidado, asumiendo con valentía los reveses de las dificultades, entre las que prevalece siempre la enfermedad de Doña Sofía. El 1956 llega la hora del remate. Los estudios eclesiásticos han concluido al mejor nivel y es la hora de asumir el sacerdocio. La hora suena definitivamente el día 24 de junio, fiesta de San Juan. Pocos días después puede juntar a su familia en la villa de Cea y celebrar su Misa Nueva n el Monasterio de Oseira. Sabe ya que le espera un destino inmediato, reservado a pocos: la Roma de los estudios y de los grandes centros internacionales, donde se realizan los diversos estudios universitarios, se reciben los grados académicos, se adiestran en los idiomas modernos y se establece los grandes lazos de amistad. José Gómez corre a la nueva cita en septiembre de 1956. Estudiará Derecho Canónico y Romano en las universidades romanas Antonianum y Lateranum. Son cinco años de forcejeo intelectual en competiciones de alto grado, al lado de los mejores candidatos de las instituciones eclesiásticas, en los cuales hay que apostar por conseguir las mejores láureas en calificaciones académicas, disertaciones doctorales y publicaciones.José Gómez puede además saciar su apetito de políglota, llegando a adquirir un dominio excepcional las dos lenguas que más le atraen: el italiano y el alemán. Sella su expediente con un doctorado in utroque jure y la defensa de su tesis doctoral sobre Los elementos esenciales del matrimonio romano (1961). |
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DOCENCIA |
En 1962, con treinta años de edad, José Gómez regresa al Santiago de su destino, después de amplios contactos con círculos intelectuales y pastorales de Italia y Alemania. Se le abre un panorama muy tentador: la enseñanza de las ciencias jurídicas y morales en diversos centros, la pastoral universitaria, la asistencia hospitalaria . Muy pronto cubrirá hasta los topes su agenda: profesor de Derecho Canónico y de Teología Moral en el Teologado Franciscano de Santiago y en el Instituto Teológico de Galicia, de Deontología Profesional en la Escuela de ATS, de Etica Profesional en la Escuela de Asistentes Sociales de Compostela; Prefecto de Estudios, superior de San Francisco de Santiago y Definidor Provincial de la Provincia Franciscana de Santiago; delegado diocesano de religiosos en el gobierno de Monseñor Angel Suquía. Corrieron a este ritmo dinámico de los grandes compromisos y de las dedicaciones exhaustivas los dieciocho años más lozanos de su vida. Se clausuraban en la primavera de 1980 con la nueva y azorada cita episcopal.
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OBISPO DE LUGO |
Las datas se amontonaron: nombramiento episcopal para el obispado de Lugo, el 23 de abril; publicación solemne en el consistorio de 24 de mayo; consagración episcopal en la catedral de Lugo, el 28 de junio, por el nuncio pontificio Luis Dadaglio asistido del arzobispo de Compostela, Angel Suquía, los obispos de las sedes de Galicia y otros prelados concurrentes; intronización en la sede como relate simbólico de la consagración episcopal. |
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EPILOGO Esta reseña biográfica, editada en su día en la Historia de las diócesis, tiene hoy, día 8 de enero de 2008, a las Tres de la madrugada, su Epílogo. Es el saludo final de un hombre cordial; la ramita que indica que el edificio ha rematado. Fr. José se despidió de la vida, serenamente, anhelando el nuevo Amanecer. Ahora es la hora de evocarle en sus rasgos mayores y fijar su perfil. ---El Hombre: un lalinés con estilo elegante y portes complacientes, con un cartel que parece decir: DESDE LALIN AL MUNDO. Porque tuvo a gala ser ciudadano abierto, confiado, decidido, acogedor de todos y sin reservas. --- El gallego de gustos que no se confina ni encierra en los bosques de Breogán: bilingüe sin complejos; humorista en clave más que en relato; compañero e incluso compadre de sus clérigos lucenses, a los cuales repite de palabra y por tarjeta: ESE DIA CUENTO CONTIGO… NO ME FALLES. --- El fraile tertuliano que mezcla gracias y dulcerías en la mesa; que enfatiza sus SíES cuando conversa en serio y tiene que decir verdades; que mantiene discretamente el recetario devoto que le inculcaron sus formadores; que sabe conmover las intimidades de las gentes con las que tiene el extraño arte de “arrancar penas”; un extraño y no gastado “director espiritual”. --- El estudioso incansable de todo cuanto tenga acento normativo: tesis escolásticas con sus objeciones y reservas; declaraciones oficiales, sabiendo que siempre suenan “minimalistas” y es peligroso elevarlas a “verdades de Fe”; textos bíblicos y patrísticos que parecen decirlo todo, sin que aparezcan sus contextos; erudición de revistas, como se lleva en las academias eclesiásticas del siglo XX; títulos académicos solemnes, comenzando por el Doctorado en ambos derechos y sus bierretes romanos. ---El superior apenas estrenado: cara de maestro; solicitud de enfermero; conversador gracioso; enfermero innato y nonnato. ---El obispo sorprendido: no lo calculaba ni menos lo soñaba; le llega como regalo de romería; le pierde en la selva de una diócesis de montes y veredas y escasas urbes, que sólo tiene rango en su MURALLA ROMANA que no sabemos si es de ciudad y/o de campamento. --- El viajante de la Iglesia lucense: llega a todos los parajes y aldeas; charla con la gente en todas las CARBALLEIRAS; canta y predica con voz sonora, musical, solemne; sabe que en Galicia las fiestas son de ROMERIA. --- Le gusta caminar a pie; pero le toca viajar en carro, sino en barca. Una diócesis es un romolque pesado, lento y saturado de piezas. El obispo hace de motor y de conductor. Cada día recompone esta tienda y ajusta su cestería. Y sabe lo que le espera: moverse y conmoverse; recibir y repartir; llegar siempre y a todas horas, aunque sea tarde.
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Lugo. 8 de enero de 2008 | ||
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Nota biográfica escrita por JOSE GARCÍA ORO. ofm. |