.

“Deus meus et omnia”


. Ecumenismo

Fr. Francisco Javier Castro Miramontes, OFM

 

Ecumenismo y diálogo interreligioso

Publicado por la Comisión de Justicia, Paz

e integridad de la Creación de la CONFRES.

 

Índice:

Presentación
Al servicio de la Humanidad
Judaísmo
Islam
Hinduismo
Budismo
Cristianismo
Francisco de Asís, el “hermano universal”
Propuestas de acción
Oraciones para el diálogo
Bibliografía

Presentación


La experiencia profunda del ser humano de “re-ligarse” a la causa primera de la vida hunde sus raíces en la historia más remota. El ser humano desde siempre ha sentido la necesidad de hallar respuestas a las preguntas existenciales fundamentales: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿adónde voy? De este intento de diálogo con la trascendencia han surgido diversas tradiciones religiosas que se han encarnando en las más diversas culturas.

Nuestro tiempo es la era de las comunicaciones, de ahí que cada vez se haga más inevitable el diálogo fructífero entre creyentes como gran contribución a este nuevo milenio cristiano. El Concilio Vaticano II supuso en este sentido un giro copernicano en la concepción que hasta entonces se tenía en el seno de la Iglesia católica acerca de otras realidades religiosas, algunas más antiguas que el propio Cristianismo, que forman parte de este mundo plural en el que habitamos. En los últimos años se ha pasado, en las filas del catolicismo al menos, de una teología y pastoral de confrontación y prepotencia a otra de diálogo y respeto.

No deja de ser especialmente llamativo, y hasta contra-evangélico, que a día de hoy los seguidores de Jesús de Nazaret nos dividamos en diversas iglesias y comunidades que en la mayoría de los casos han nacido no como expresión de la libertad de los hijos de Dios sino como una reacción casi violenta a modos de entender la fe por parte de determinadas instituciones. Todos debemos entonar el “ mea culpa ” y buscar caminos de encuentro en favor del Reino de Jesús, siguiendo la vocación común a la unidad: “ que todos sean uno ” (Jn 17, 21).

En los últimos tiempos han surgido organismos e instituciones que tienen como fin primordial promover la unidad entre los cristianos. A esto propiamente nos referimos al hablar de “ecumenismo”, palabra que deriva de la griega “ oikoumene ” y que podemos traducir como “universal”.

El esfuerzo por lograr un acercamiento a otras religiones monoteístas ha sido grande. No se debe desconocer la herencia judía del Cristianismo, ni que el Islam bebe también de las fuentes del Antiguo Testamento. Pero en el horizonte religioso mundial también figuran otras formas de concebir la necesidad de acercarse al fuego de la divinidad. Entre esas tradiciones ya milenarias ocupan un lugar destacado el Budismo y el Hinduismo, dos comprensiones del mundo, del ser humano y de la divinidad de origen asiático que son secundadas por varios cientos de millones de personas en el mundo entero. Con ellas es preciso entablar un diálogo interreligioso que nos lleve a un mejor entendimiento, a la comprensión y al servicio generoso en favor de una Humanidad orgullosa de sí misma: más justa, fraterna y solidaria. Hans Küng llegó a escribir que “ no habrá paz en el mundo sin paz entre las religiones. No habrá paz entre las religiones sin diálogo entre las religiones ”. Y un franciscano inmerso en el mundo musulmán nos dejó dicho que en “ el diálogo de la vida, preparamos el diálogo final de todos sobre el amor ” (Fray Gwenolé Jeusset).

La Orden de Frailes Menores lleva siglos tratando de dialogar con las diversas culturas religiosas. Es especialmente intenso el contacto con el Islam desde que el propio Francisco de Asís accediese a dialogar pacíficamente con el sultán Melek-el-Kamel, en plena campaña bélica de los cruzados. El legado de Francisco nos debe animar hoy a ser constructores de paz en diálogo con toda persona de buena voluntad, sea cual fuere su credo religioso.


Al servicio de la Humanidad

En este apartado vamos a tratar de acercarnos a las tradiciones religiosas más importantes del mundo con el fin de conocerlas un poco para así comprenderlas mejor. Se trata simplemente de ofrecer algunas pinceladas, más o menos genéricas, acerca de cada una de ellas sin que por ello tratemos de agotar lo que de noble y valioso contienen las distintas tradiciones que, a su vez, se contienen dentro de las mismas, porque sería un error tratar de simplificar en unas palabras la riqueza plural de cada una de ellas.

Judaísmo

El judaísmo (por referencia a la tierra de Judá) es una religión monoteísta que se fundamenta en lo que los cristianos conocemos como el Antiguo Testamento. Allí se nos narra la Historia de la Salvación como una experiencia vivida primero por patriarcas como Abraham ( “padre de creyentes” ). Según los relatos bíblicos, el Pueblo de Israel (“ Qahal Yahvé ”) fue elegido por Dios como propiedad, viviendo juntos una historia de amor por parte de Yahvé e infidelidades por parte de los seres humanos.

Los judíos o hebreos siguen al pie de la letra las enseñanzas del AT contenidas fundamentalmente en la “ Torah ”, o “Ley” , en la que se contienen los diez mandamientos mosaicos. La relación con Dios, la oración, es una de las prácticas santas del fiel judío. Tras la destrucción del templo de Jerusalén, en el que habitaba la gloria de Yahvé, prosperaron las sinagogas como espacios para la oración y el estudio de los textos sagrados. El rabino es el experto en la Ley y en la rectitud moral.

La experiencia del destierro (Egipto y Babilonia) marcaría decisivamente a un pueblo orgulloso de su Dios salvador que los hizo retornar a la tierra de promisión, estableciendo finalmente su capital en Jerusalén. De estos hechos históricos surgieron las fiestas litúrgicas más importantes del Judaísmo, teniendo como base, en la mayor parte de los casos, celebraciones que tenían que ver con la tierra y las actividades agrícolas. Destacan el “ Sabhat ” o día semanal de descanso, y la “ Pesaj ”, la Pascua judía en la que se hace memoria de la liberación del poder opresor.

No se debe olvidar que Jesús de Nazaret era judío y vivió como tal hasta que fue tenido por heterodoxo y condenado por blasfemo. El “Pueblo de la Alianza” aún aguarda la llegada de su Mesías redentor, puesto que no reconocieron a Jesús como el que había de venir.

Existe en la actualidad un estado, Israel, en el que se concentraron la mayor parte de fieles hebreos después de los dramáticos acontecimientos bélicos que sufrió nuestro mundo en la segunda gran contienda mundial. Pero hay otras pequeñas comunidades extendidas por todo el mundo.

Islam

Es la otra gran tradición monoteísta junto con el Judaísmo y el Cristianismo, de los que recibió influencias. Como religión surgió en el siglo VII de nuestra era siguiendo la estela del profeta de Alah, Mahoma. “ Islam ” se puede traducir por “sumisión, obediencia” y así el musulmán es el obediente a la voluntad de Alah.

Las enseñanzas del profeta se encuentran recogidas fundamentalmente en el texto sagrado de los musulmanes: El Corán (“recitación”), revelado por Alah a su profeta y que supone el alimento espiritual del fiel.

Las prácticas religiosas islámicas se sustentan en 5 pilares fundamentales: la profesión de fe, la oración (5 veces al día), el ayuno, la limosna y la peregrinación a La Meca, al menos una vez en la vida. Está prohibido beber alcohol, comer carne de cerdo y cualquier tipo de imágenes.

Los musulmanes se reúnen normalmente en la mezquita para orar postrados en el suelo, reconociendo la grandeza de Dios. El imán es el encargado de dirigir la oración a la que convoca desde el minarete el almuédano. Los ulemas, por su parte, son los doctores de la ley.

Uno de los aspectos más controvertidos del Islamismo es la “ yihad ”, o “guerra santa”, que lleva a muchas personas de la fe al fundamentalismo más extremista y violento. Pero hay también un Islam pacífico que se dedica a adorar a Alah ayudando al prójimo.

Entre los profetas del Islam figura de modo destacado, después de Mahoma, Jesús de Nazaret (“ Isa ” o “ Aissa ”). También ocupa un lugar de honor María, la madre de Jesús, que es citada frecuentemente en el texto coránico.

La Meca y Jerusalén son los lugares más sagrados del Islam. En La Meca (Arabia) tiene lugar cada año la multitudinaria peregrinación con sus ritos específicos. El calendario musulmán inicia su cómputo desde la “ hégira ” (año 622 d.C), hecho que conmemora el establecimiento de Mahoma y sus tropas en Medina. El credo musulmán puede resumirse en: “creo en un solo Dios y en Mahoma su profeta” .

Hinduismo

El Hinduismo es quizás la corriente religiosa más antigua del mundo y la más difícil de definir y comprender, puesto que es la expresión misma de la pluralidad del sub-continente indio con su sistema de castas, tan injusto, y su cosmovisión peculiar en la que la luz y el colorido son ofrenda de los seres humanos a sus dioses (casi tantos como la imaginación quiera intuir).

El Hinduismo es la manifestación masiva de la presencia de la divinidad en la tierra. Es el politeísmo en su máxima expresión. Se les puede adorar en cualquier sitio pero de modo particular en templos sagrados. Los fieles se guían por la intuición y por una serie de “ Vedas ”, escritos realizados por los “ brahamanes ”, maestros espirituales que han alcanzado altas cotas de sabiduría.

Pero quizás esta religión nos suene más por sus ritos funerarios crematorios, o por sus baños rituales en el río Ganges, el río sagrado, o por sus “ santones ”, auténticos místicos y ascetas que conviven en las calles saturadas de gentes sin inmutarse por el gentío ni el ruido, o por el respeto sagrado hacia las vacas y toda forma de vida.

Entre los hindúes que más huella han dejado en la historia destaca “ Mahatma ” Gandhi, el “alma grande” de la India, quien supo comprometerse a fondo con su tiempo y sus contemporáneos, opción vital que nacía de la radicalidad de un hombre coherente y profundamente creyente, para quien no había otra religión que la del bien del ser humano.

Budismo

El Budismo no es propiamente una religión sino una filosofía de vida, una sabiduría basada en la experiencia que se ofrece como camino para alcanzar la iluminación final: el “ nirvana ”, al que se llega tras transitar por un camino de ocho etapas, superando el sufrimiento que causa el deseo egoísta, y el “ karma ”, rompiendo así la cadena de reencarnaciones continuas a la que se ven sometidos los seres terrenos.

El Budismo debe su nombre a un personaje singular que vivió hacia el siglo VI a C y que pasa por ser su fundador: el príncipe Gautama Sidharta, “ Buda ”, una persona que supo vencer sus propios límites a través de su búsqueda personal, llegando a crear un modo de entender la vida en el que influyen también elementos hinduistas propios del ámbito espacial en el que se desenvolvió Buda: la India.

Las cuatro verdades esenciales del budismo son: 1/ La vida es dolor y sufrimiento. 2/ El origen del dolor es el deseo, el ansia de existir. 3/ El remedio no es otro que superar ese deseo. 4/ La terapia consiste en la disciplina gradual mediante el camino medio: recta concentración, atención y esfuerzo (disciplina mental), rectos medios de vida, recta acción y rectas palabras (ética), recto pensamiento y comprensión de las 4 nobles verdades (sabiduría).

El Budismo se ha extendido por todo el mundo, pero sigue siendo su ámbito natural Asia. Destaca entre estos lugares el Tíbet con su Dalhai Lama , líder espiritual de millones de budistas. Entre ellos los hay que hacen una opción de vida radical: son los monjes, famosos por sus oraciones, ayunos y túnicas color naranja, que suelen vivir en comunidad dedicando su vida a la oración, al trabajo manual y a la meditación.

Cristianismo

Dentro de la comunidad de creyentes que siguieron a Jesús de Nazaret pronto surgirían las primeras desavenencias que con el tiempo supusieron auténticas escisiones o cismas (los más destacados son el de Oriente, capitaneado por Focio y que se produjo en la capital oriental del imperio: Constantinopla, en el siglo XI, y la llamada Reforma Protestante centroeuropea liderada, en el siglo XVI, por personajes como Martín Lutero, Calvino o Zwinglio).

La originaria Iglesia de Cristo tuvo graves dificultades a la hora de acoger las diferencias ideológicas y dogmáticas de aquellos que no se atenían a la ortodoxia oficial, lo que provocó enfrentamientos y rupturas que aún perduran en nuestros días.

El Concilio Vaticano II tomó conciencia de la importancia de recuperar la unidad perdida en base a la colaboración y el respeto. Su reflejo documental es el decreto conciliar “ Unitatis Redintegratio ”. Este fenómeno de acercamiento entre cristianos es lo que hoy conocemos como “ecumenismo”, ejercicio de comprensión al servicio de la unidad de los que profesan una misma fe: la cristiana, sólo que difiriendo en su concretización.

Actualmente el mapa mundial del Cristianismo se diversifica en tres grandes agrupaciones de fieles: las iglesias y comunidades surgidas de la Reforma Protestante, también conocidas como “evangélicas” por haber querido recuperar el sentido primigenio de la fe, la Iglesia ortodoxa oriental, que a su vez se diversifica en varios patriarcados, (Moscú, Atenas, Constantinopla, Sofia, Bucarest...), y la Iglesia “católica”, que tiene su sede en Roma bajo el primado del Romano Pontífice. Una mención especial requieren las iglesias surgidas de la Reforma Anglicana extendidas sobre todo por el Reino Unido y Estados Unidos. Además existen multitud de movimientos e incluso sectas que se autodenominan “cristianas”.

Es más lo que nos une que lo que nos separa. Por eso desde el seno de la Iglesia católica se han alentado y promovido en los últimos años iniciativas tendentes a acortar las distancias entre cristianos. Un intento de fomento de la unidad ecuménica es el llamado “octavario de oración por la unidad de los cristianos” que se celebra cada año, así como los trabajos del Pontificio Consejo para el Fomento de la Unidad de los Cristianos, que se encarga de los temas relacionados con el ecumenismo, de igual modo que su homónimo para el Diálogo entre las Religiones se encarga de alentar el entendimiento con las demás tradiciones religiosas no cristianas.


Francisco de Asís, el “hermano universal”

Quien conozca de cerca la figura de Francisco de Asís podrá concluir que estamos ante un ser humano de alma grande y corazón abierto al diálogo amoroso con todo lo creado. La paternidad divina hizo de Francisco el hermano de todos, el “hermano universal”.

Francisco no se guardó lo que tenía para sí, sino que comprometió su vida por la causa del Reino transformando su tiempo y las circunstancias históricas que le tocaron vivir, poniendo paz en donde había violencia, comprensión en donde había desencuentro, amor en donde afloraba el odio.

La respuesta y actitud de Francisco frente a la diferencia fue el respeto y la amistad. Su entrega a la causa del Evangelio le llevó incluso a dialogar con los musulmanes, en un tiempo en el que el único trato era la espada. A través de las biografías más antiguas sabemos que Francisco osó atravesar el frente de combate en Egipto dirigiéndose a Damieta para entrevistarse con el sultán reinante en aquellas tierras (1C 57). Su única arma fue la cordialidad de quien se sentía heraldo de la paz, mensajero de Jesús y su Evangelio. Su actitud fue la de ir por el mundo como quien lleva una buena noticia, sin imposiciones, desde la más profunda humildad, algo que Francisco inculcó mucho a los suyos. En la regla no bulada se diseñó el modo de ir entre quienes no profesan la religión de los hermanos: se debe evitar la confrontación, dando testimonio evangélico antes con la vida que con las palabras y, si fuere conveniente, predicando abiertamente con libertad pero con respeto (Rnb 16).

Francisco mismo sigue siendo la forma concreta de vivir el Evangelio de los “hermanos menores” . No deja de ser un signo de los tiempos el hecho de que su espíritu haya sido también encarnado en otras tradiciones religiosas cristianas (Protestantismo y Anglicanismo) y llevado a lugares lejanos de larga tradición Budista, Judía, Hinduista o Islámica. La Paz y el Bien siguen siendo nuestra mejor aportación a la sociedad contemporánea, tal y como reconocieron los líderes mundiales de las principales religiones en aquel histórico encuentro de oración por la paz convocado por el Papa Juan Pablo II en Asís, el 27 de octubre de 1986.

 

Propuestas de acción

En el presente apartado trataremos de ofrecer un elenco de posibles iniciativas-acciones que se puedan llevar a cabo en nuestras Fraternidades y ámbitos de influencia para promover decididamente el espíritu ecuménico y el diálogo interreligioso, pero sin agotar por ello la creatividad individual o comunitaria. Éstas son pues nuestras “propuestas de acción”:

1/ Celebrar en nuestros ámbitos el “octavario de oración por la unidad de los cristianos” que tiene lugar cada año en el mes de enero, aprovechando los materiales que para tal evento se publican, incorporándolos a nuestras celebraciones internas y públicas.

2/ Informarse acerca de los avances en el camino del encuentro entre cristianos y del diálogo con otras religiones.

3/ Incorporar temas relacionados con el ecumenismo y el diálogo interreligioso a la formación inicial y a la formación permanente.

4/ Fomentar y desarrollar a nivel local, provincial o interprovincial proyectos ecuménicos, buscando así también la colaboración entre nuestras instituciones.

5/ Nombrar en cada provincia a un responsable o un equipo de personas (también seglares) que promuevan este espíritu de apertura hacia otras realidades religiosas.

6/ Informar acerca de la labor ecuménica e interreligiosa que actualmente desempeña la Orden en particular, y la Iglesia en general, en todo el mundo.

7/ Generar un clima de apertura hacia otras realidades religiosas a través de charlas, conferencias y/o proyecciones audiovisuales.

8/ Secundar los proyectos e iniciativas que surjan a nivel de Iglesia local o provenientes de otras entidades.

9/ Fomentar el encuentro, convivencia y acogida de personas creyentes pertenecientes a otros credos. Trato especialmente amistoso con los inmigrantes fomentando la integración y el respeto como valores evangélicos.

10/ Organizar jornadas de reflexión y oración. Cuidar de modo especial la celebración del “Espíritu de Asís” y proyectar su sentido en toda la sociedad civil.

11/ Fomentar una cultura de apertura a estas realidades a través de la lectura y la reflexión. Divulgar publicaciones y en particular el subsidio “Franciscanos por la Justicia, la Paz y la Ecología”.

12/ Organizar y colaborar con personas de otros credos en campañas o acciones en favor de los más pobres, de la justicia y de la paz.


 

Oraciones para el diálogo

El Dios de todas las religiones nos convoca a la conversión del corazón y a ser una palabra de paz en este mundo tan convulso. La oración es camino de ecumenismo y diálogo interreligioso. A continuación se recogen una serie de oraciones nacidas de distintos credos religiosos. Te invitamos a orar por el progreso de la Humanidad y para que las religiones sean forjadoras de un mundo más justo, pacífico y fraterno.

 

Oración musulmana

“Sólo tu Amor me da vida; a nada aspira mi corazón que no seas tú. Habré perdido el reposo y la voluntad si no consigo tu gracia y tu favor. Por tu bondad te lo ruego: ¡muéstrame tu Faz! No conozco otro remedio para mi dolor. Accede a mi demanda: ven a mí. Lejos de tu rostro no sabría existir... Muéstrame el camino que conduce a tu puerta pues aquí abajo estoy perdido. Te diré lo que es el amor: es volar al cielo, rasgar mil velos en todo momento, renunciar a uno mismo y, finalmente, perderse en Dios...”

 

Oración budista

“Oh mirada penetrante, pura, mirada compasiva, que escuchas. Oh maravilla de la gente. Oh solicitud incesante, atenta, que escudriña persistente. Oh luz sin mancha. Oh sol que penetra las sombras y disipa los males con sus rayos, Tú, que das luz al mundo entero, misericordia luminosa como el relámpago, caridad que cubres los seres con las nubes de tu manto, rocío de la aurora, lluvia bienhechora, Tú que extingues la saña y la discordia, Tú que llevas la paz a las batallas, que yo pueda en ti pensar sin tregua, que dudar de ti jamás yo pueda. Tú, tan puro y santo, protégeme en la muerte, en los peligros y en las penas. Sí, mi apoyo y mi fuerza, ayúdame a cumplir lo que me enseñas Tú que miras con piedad a los mil seres. Océano de misericordia que eres: yo te invoco prosternándome ante Ti”.

 

Oración hinduista

“Que Dios omnipotente, amigo de todos, sea favorable a nuestra paz. Que el juez divino sea el que nos dé la paz. Que el supremo revisor de todo nos dé la paz. Que el Señor de toda la potencia y la riqueza, el Maestro de todo lo creado sea favorable a nuestra paz. Que el Dios omnipresente de inconmensurable dignidad nos dé la paz a nosotros”.

 

Oración hebrea

“Oh Señor, preserva mis labios de pronunciar el mal, el engaño y el fraude. Dame la fuerza de no enfrentarme contra quien me ultraja. Haz que me dé alegría el cumplir los preceptos y que yo comprenda plenamente tus leyes. Haz que no sea soberbio. Anula los proyectos perversos de quien quiere hacerme daño. Concédeme sabiduría, medios de subsistencia, piedad y misericordia. Oh Tú que has establecido la armonía de lo creado, concédenos la paz”.

 

Oración cristiana

“¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz! Donde haya odio, ponga yo amor. Donde haya ofensa, ponga yo perdón. Donde haya discordia, ponga yo unión. Donde haya error, ponga yo verdad. Donde haya duda, ponga yo fe. Donde haya desesperación, ponga yo esperanza. Donde haya tinieblas, ponga yo luz. Donde haya tristeza, ponga yo alegría. ¡Oh Maestro!, haz que no busque tanto ser consolado, como consolar; ser comprendido, como comprender; ser amado, como amar. Porque dando, se recibe; olvidando, se encuentra; perdonando, se es perdonado, y muriendo, se resucita a la vida eterna. Amén”.


Bibliografía

Como textos generales básicos que abordan estos temas destacamos:

Decreto “ Unitatis Redintegratio ” del Concilio Vaticano II, sobre el ecumenismo.

Declaración “ Nostra Aetate ” del Concilio Vaticano II, sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas.

Encíclica “ Ut unum sint ” de Juan Pablo II (1995).

Carta Apostólica “ Orientale lumen ” de Juan Pablo II (1995).

Código de Derecho Canónico,1983, cánones. 383.3; 755; 844.

Franciscanos por la Justicia, la Paz, la Ecología , AA.VV, Editorial Franciscana Arántzazu (“ Colección Hermano Francisco ”) 1999.

Instrumentos de la Paz. Guiados por el Espíritu Santo. Congreso franciscano internacional de JPIC, Vossenack 2000.

El diálogo interreligioso , Jean Claude BASSET, Desclée de Brouwer, Bilbao 1999, colección Teoría, 3.

La pretensión de absolutismo del cristianismo. Desde la Ilustración hasta la teología pluralista de la religión , Reinhold Bernhardt, Desclée de Brouwer, Bilbao 2000, colección Teoría, 6.

Religiones personalistas y religiones transpersonalistas , Carlos Díaz, Desclée de Brouwer 2003.

Diccionario ilustrado de las religiones , Philip Wilkinson, San Pablo 2003.

De las biografías de San Francisco y de los textos legislativos de la Orden destacamos para la reflexión personal y/o comunitaria:

CC.GG, art. 95, 1-2

Rnb 14; 16; 22, 1-4

Flor 24 / LM 9, 7-9

1C 40a. 41b-c; 57

Rb 12, 1.